¿Qué es la estimulación cerebral profunda?

La estimulación cerebral profunda es una intervención quirúrgica en la que se coloca un implante de electrodos dentro de ciertas áreas del cerebro. Son estos electrodos los que envían impulsos eléctricos a las zonas del cerebro responsables del movimiento corporal y regulan los impulsos anormales. Los impulsos eléctricos pueden llegar a afectar a otras células y sustancias químicas dentro del cerebro. 

La ECP suele describirse como un marcapasos para el cerebro. Funciona de forma muy parecida, enviando señales eléctricas al cerebro en lugar de al corazón.

¿En qué casos se realiza?

La estimulación cerebral profunda se emplea normalmente para tratar diversos trastornos y enfermedades, como Enfermedad de Parkinson, Temblor esencial, Distonía, Epilepsia y Trastorno obsesivo compulsivo. 

Además, la estimulación cerebral profunda es objeto de estudio como posible tratamiento para las siguientes afecciones: Síndrome de Tourette, Enfermedad y corea de Huntington, Dolor crónico y Cefalea en racimos. 

Es importante entender que la ECP no ofrece una cura para la enfermedad, pero sí una manera de controlarla con una mayor eficacia. Puede ofrecer a los pacientes muchas ventajas, como poder tomar menos medicación y, por tanto, experimentar menos efectos secundarios. 

¿En qué consiste la intervención?

La implantación de la estimulación cerebral profunda consta de una sola intervención, para colocar cada parte del sistema neuroestimulador (electrodos y batería). Se da un tiempo aproximado de tres a seis semanas para garantizar que el paciente tenga tiempo suficiente para recuperarse.  

En la etapa 1, a diferencia de otros grupos que lo hacen con el paciente despierto, en Institut Clavel está totalmente anestesiado. En 3 horas acabamos el procedimiento, al no necesitar regintro intracerebral, acortamos el tiempo quirúrgico con tanta o más seguidad que con el uso de neurofisiología intraoperatoria. Esto se debe a la planificacion previa de las imágenes de alta resolución y a la neuronavegación. Somos más eficaces y hay menos complicaciones. 

Durante esta intervención, se implantan electrodos en zonas específicas del cerebro. La cabeza del paciente se coloca en un marco especial con tornillos pequeños que la mantendrán inmóvil mientras dure el procedimiento. En ocasiones, el procedimiento se hace con una resonancia magnética y se usa un marco encima de la cabeza en lugar de alrededor.  

El cirujano perforará una abertura de pequeño tamaño en el cráneo y colocará la derivación en área concreta del cerebro. El cirujano hará una abertura a los dos lados del cráneo e introducirá dos derivaciones, si se deben tratar ambos lados del cerebro. 

Durante esta etapa, se enviarán pequeños impulsos eléctricos a través de la derivación. Los cirujanos hacen esto para comprobar que los electrodos están conectados correctamente al área del cerebro responsable de los síntomas del paciente.  

 

La etapa 2 se hace bajo anestesia general. Es en esta fase donde se implantará el generador de impulsos, o “marcapasos cerebral”. 

El cirujano hace una incisión de pequeño tamaño, en la mayoría de casos justo debajo de la clavícula, e implanta el neuroestimulador. Este va colocado bajo la piel de la zona torácica, cerca de la clavícula, y se conectará a los electrodos situados en la primera etapa. 

Una vez conectados los cables, se cierra la incisión. Los dispositivos y cables se insertan bajo la piel, lo que puede causar una leve protuberancia. Una vez conectados, los impulsos eléctricos se transmiten desde el dispositivo, a través del cable, directamente al cerebro. Estos impulsos interfieren y anulan las señales eléctricas que provocan los síntomas de algunas enfermedades. 

Recuperación y rehabilitación tras la intervención

El tiempo de recuperación puede variar dependiendo de otros factores, como la salud general del paciente, u otras afecciones que tenga. Nuestros pacientes durán entre 4 y 5 días en el hospital, y las 24 primeras horas tras la intervención estarán en cuidados intensivos.  

Unas semanas después de la intervención, se activa el generador de impulsos del pecho del paciente en consulta. El médico puede programar el generador de impulsos desde el exterior del cuerpo, con un control remoto especial. La cantidad de estimulación es personalizada, dependiendo de la enfermedad. La configuración adecuada puede requerir de varias citas para ajustar la programación del neuroestimulador. 

La estimulación puede ser constante, o bien, el médico puede recomendar apagar el generador de pulso durante las noches y volver a encenderlo por las mañanas. Esto siempre depende de la enfermedad y el caso individual de cada paciente. La estimulación puede encenderse y apagarse mediante un control remoto especial que el paciente llevará a casa. Es importante mantener las incisiones limpias y secas. 

Según el uso y la configuración del generador, la batería tendrá una vida útil más o menos duradera. Cuando sea necesario cambiar la batería, el cirujano reemplazará el generador durante un procedimiento ambulatorio. 

Riesgos de la estimulación cerebral profunda

La estimulación cerebral profunda supone hacer pequeños orificios en el cráneo para implantar los electrodos en el tejido cerebral. Además de una cirugía para colocar el dispositivo que contiene las baterías en el pecho. 

Las complicaciones generales de cualquier cirugía son hemorragias, infecciones, coágulos de sangre, problemas respiratorios o cardíacos, y reacciones a la anestesia como náuseas o convulsiones. En el caso de la estimulación cerebral profunda, las complicaciones relacionadas con ella podrían ser la colocación incorrecta de las derivaciones, sangrado en el cerebro o un accidente cerebrovascular. 

Si desarrolla algún efecto secundario como consecuencia de las estimulaciones, deberá volver a consulta para una nueva programación.

¿Qué médicos realizan la estimulación cerebral profunda en Instituto Clavel?

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