La hernia discal lumbar L4 L5 es la segunda patología de columna más frecuente después de la hernia discal L5 S1. Hoy, de la mano de nuestros profesionales en columna vertebral, hablaremos sobre sus síntomas y posibles causas.
Existen casos en los que el dolor producto de una hernia discal lumbar L4-L5 se proyecta en algunas partes del cuerpo donde no es habitual presentar síntomas y eso en ocasiones genera confusión a la hora de dar un diagnóstico. Es por esto que hemos dedicado un apartado para hablar sobre ellos más adelante.
Para empezar, es importante que sepas cuáles son los síntomas más habituales que se presentan cuando sufres esta patología, entre los que destacan están: el dolor lumbar, de origen discal o articular y la ciática o dolor radicular.
Los síntomas más comunes de una hernia discal lumbar L4 L5
Queremos hablarte en detalle de esos síntomas más comunes que suelen aparecer si sufres de una hernia discal lumbar en el segmento de la columna L4 L5. El principal de todos es la ciática y puede afectar fundamentalmente a las raíces nerviosas L4-L5. Cabe destacar que según afecte a una u otra raíz, las características de la ciática serán distintas.
Síntomas si la raíz afectada es la L4:
- Irradiación: el dolor inicia en la parte posterior de la espalda y baja hasta la mitad del muslo por la cara interna de la pierna.
- Hipoestesias: sentirás entumecimiento en la cara interna de la pierna y el pie.
- Reflejos: el reflejo que puede estar abolido en la compresión de la raíz L4 es el rotuliano.
- Debilidad: La raíz L4 inerva el músculo cuádriceps y, al no funcionar correctamente por esta causa tendrás dificultad para extender la rodilla.
Síntomas si la raíz afectada es la L5:
- Irradiación: el dolor bajará por la parte posterior de la nalga y el muslo y se hará más anterior a la altura de la rodilla y bajará por la pierna hasta el primer dedo del pie.
- Hipoestesias: disminución en la sensibilidad del primer dedo y del dorso del pie.
- Reflejos: en este caso no se ve claramente alterado ningún reflejo.
- Debilidad: el movimiento que controla la raíz nerviosa L5 es la elevación (dorsiflexión) del pie, incluido el primer dedo, de modo que el paciente tendrá dificultad para levantarlo y puede llegar incluso a arrastrarlo. Le cuesta ponerse de talones.
Sumado a estos síntomas, el paciente puede experimentar también dolor en la columna lumbar y debilidad muscular. Existen casos en los que la persona no presenta síntomas y la patología llega a descubrirse por casualidad cuando, por alguna otra circunstancia, se lleva a cabo una resonancia magnética.
Consúltenos: ¡estamos a tu disposición!
Síntomas menos comunes
Hemos tratado casos en los que un paciente se queja de dolor inguinal, una localización atípica pero que puede aparecer en un 20% de los casos y acompañarse de los síntomas que mencionamos anteriormente. Pero cuando ocurre de forma aislada, los profesionales tenemos un reto enorme para lograr un diagnóstico certero.
De acuerdo con lo que comentan los pacientes, este dolor inguinal es de tipo referido y no irradiado; ¿esto qué quiere decir?, que no sigue el trayecto de ningún nervio, sino que se refleja en la zona de la ingle, aunque el origen está en la articulación facetaria L4-L5.
Por otra parte, el disco intervertebral está compuesto por un material gelatinoso que se denomina núcleo pulposo y para que este no se derrame está rodeado de fibras de colágeno que se denominan anillo fibroso. Con el tiempo las fibras de colágeno se rompen y se debilitan las paredes que rodean ese anillo fibroso, por lo que en algunos casos el contenido del disco sale del anillo produciendo una hernia discal.
Cuando esto ocurre el paciente puede sufrir otro dolor todavía más infrecuente, que se presenta quizá en el 1% de los casos; hablamos de un dolor en la profundidad del flanco abdominal del mismo lado que la hernia discal L4-L5.
Este dolor sí está relacionado con la compresión del nervio L5 en pacientes con hernia discal o estenosis del canal. Particularmente se ha observado en casos con poca o ninguna ciática, y escasa lumbalgia.
Causas de la hernia de disco L4 L5
Una de las causas principales de la hernia discal lumbar L4-L5 es la degeneración discal, que es el resultado del desgaste natural gradual y está relacionado con el envejecimiento. ¿Qué pasa exactamente? Qué a medida que envejeces tus discos pierden flexibilidad y están más propensos a desgarrarse o romperse.
Por otra parte, tienes que tener mucho cuidado con la forma en cómo levantas objetos pesados del suelo, porque el uso de los músculos de la espalda en lugar de los de las piernas y los muslos, cuando llevas a cabo este tipo de acciones, puede desencadenar en una hernia de disco. Entre los factores mecánicos más comunes que pueden causar una hernia de disco lumbar están los siguientes:
- Actividades repetitivas
- Posturas incorrectas
- Esfuerzos con carga
- En raras ocasiones, traumatismos fuertes
- Falta de ejercicio físico, sedentarismo
En algunos dolores de origen renal o renoureteral puede aparecer dolor dorsolumbar e irradiado hacia las ingles.
Tratamiento de la discopatía lumbar
¿Es una operación de hernia discal lumbar L4-L5 la mejor opción para aliviar las molestias? Depende de cada caso. No obstante, en Instituto Clavel solemos optar por un método en escalera, es decir, comenzamos con tratamientos conservadores. Estos pueden ayudarte a retomar tus actividades diarias dejando de lado los molestos dolores que una hernia discal lumbar puede provocar.
- Tratamiento farmacológico: los anti-inflamatorios y analgésicos son las medicaciones más empleadas. Asociar relajantes musculares puede ser útil para disminuir el espasmo muscular.
- Fisioterapia: los masajes, estiramientos y terapia neurorrefleja son una de las muchas terapias que un fisioterapeuta puede utilizar para tratar de mejorar los síntomas. Los ejercicios para la hernia discal lumbar L4-L5 que te podemos recomendar son aquellos que involucren estiramientos de glúteos y ejercicios de core para fortalecer las lumbares.
- Infiltraciones: cuando se comprime una raíz se produce una reacción inflamatoria que agrava el dolor. Las infiltraciones con corticoide pueden disminuir la inflamación y por tanto las molestias.
Si los tratamientos conservadores que mencionamos anteriormente no dieron resultado y el paciente continúa con las molestias, la cirugía es el último recurso. En Instituto Clavel optamos por procedimientos mínimamente invasivos que contribuyen a que el paciente se recupere pronto. Te dejamos este artículo que habla más al respecto.
Tiempo de recuperación tras una operación de hernia discal L4-L5
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